“La mayoría de las empresas visionarias y exitosas tienen unos valores claros que rigen su modo de actuar. Esos valores son propios de cada persona y de cada empresa como conjunto de personas. Lo importante es que cada compañía sepa definir sus valores, esos con los que se identifica y que guían su camino”. Así lo explica el profesor Josep Tàpies en este post sobre el legado de las empresas familiares.
A la hora de exponer públicamente los valores que las representan, las empresas familiares y no familiares tienen muchos puntos en común. Integridad, respeto y enfoque al cliente son los tres valores más citados por las empresas en sus declaraciones de principios, tanto en las familiares como en las no familiares, según una investigación realizada por la Cátedra de Empresa Familiar del IESE. Este estudio analizaba los valores de las 100 empresas más grandes del mundo de propiedad familiar y las 100 más grandes del mundo de propiedad no familiar.
Sin embargo, existen algunos valores que son más comunes en las empresas familiares, como se recoge en el libro Empresa familiar: 30 años de preguntas con respuesta. Entre ellos, destacan:
- Generosidad. Cuando la familia empresaria se ha formado y ha crecido en un territorio, suele sentirse fuertemente vinculada a él y la generosidad aflora como un valor que permite contribuir al desarrollo de ese territorio.
- Humildad. La empresa familiar entiende este valor como un recordatorio de sus orígenes, que le ayuda a mantener los pies en el suelo.
- Servicio. En línea con la humildad, la vocación de servicio es un valor que aflora especialmente en la empresa familiar.
- Comunicación. Una de las claves para mantener la cohesión y el bienestar de todos los miembros de la familia es mantener una comunicación fluida y constante.
- Reputación. En la empresa familiar, la reputación de la empresa pone en juego la reputación de la familia, y viceversa. Además, cuando las empresas llevan por marca el apellido de la familia, la reputación también es compartida.
LOS VALORES DE LA FAMILIA EMPRESARIA
A esta lista de valores especialmente presentes en la empresa familiar hay que añadir los “valores aprendidos”, como el espíritu emprendedor, la cultura del esfuerzo, la importancia de la disciplina, el respeto, etc.
Son valores que se han vivido en casa, con los que cada persona va creciendo y que de mayor incorpora a su manera de gestionar la empresa familiar. De hecho, casi el 90% de las familias empresarias considera que sus valores familiares se reflejan en los valores corporativos de la empresa familiar e influyen en los diferentes aspectos del negocio, como señala el estudio “Los valores y la comunicación en la empresa familiar”, elaborado por la Cátedra de Empresa Familiar del IESE y Atrevia.
Estos valores son los que ayudan a sentirse como una familia empresaria. Conviene destacar principalmente dos, que es importante infundir en las siguientes generaciones:
- Espíritu emprendedor. Ya sea en cargos de gestión o como accionistas, este espíritu emprendedor permitirá que los descendientes de la familia empresaria sigan innovando para adaptar la empresa a los nuevos tiempos.
- Orgullo de pertenencia. Desde pequeños, los miembros de la familia pueden ir aprendiendo qué es, qué hace y cómo lo hace la empresa. Esto contribuirá a generar un orgullo de pertenencia y por consiguiente una voluntad de conservar este patrimonio y contribuir a que perdure en el tiempo.
TRANSMITIENDO LOS VALORES DE GENERACIÓN EN GENERACIÓN
Los valores son conceptos o ideales conforme a los cuales juzgamos y actuamos. Pero ¿cómo se puede asegurar su pervivencia a medida que la familia empresaria va creciendo? En la infografía que acompaña a este artículo se recogen las principales vías para traspasar los valores de generación en generación:
1. Dar ejemplo
2. Educar en la responsabilidad de la herencia
3. Plantar la semilla de la meritocracia
4. Respetar las vocaciones individuales
5. Documentar la historia familiar
“Lo más importante en la transmisión de valores son el ejemplo y la vinculación afectiva con la empresa familiar”, explica en esta entrevista Joan de Dou, Senior Lecturer de Dirección de Personas en las Organizaciones de IESE Business School.
Mireia Torres, directora del Área de innovación y conocimiento de Bodegas Torres, considera que “los valores fundacionales se transmiten de padres a hijos”. Y esto debe hacerse “de forma natural y coherente”, apunta Ramon Roqueta, director general de Bodegas Roqueta Origen. “Porque lo importante no es citar los valores sino la actitud con que se viven”, en palabras de Sonia Pascual, consejera de Corporación Empresarial Pascual.
Los valores son la base para desarrollar el orgullo de pertenencia y las ganas de seguir participando en un proyecto común. Por eso, “cuanto más trascendencia tenga la empresa familiar para las nuevas generaciones, más fácil será mantener vivos los valores”, explica Joan De Dou.
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